Decorar una habitación infantil puede ser una tarea muy divertida… especialmente cuando creamos por nosotros mismos parte de la decoración o si hacemos participes a los más pequeños en el proceso.
En la habitación de los niños no sólo se duerme, también se sueña a todas horas, se juega, se celebran las mejores fiestas y se crean mágicos universos.
Los expertos afirman que los padres deben tomar muy en cuenta las sugerencias de los niños a la hora de decorar su habitación ya que eso favorecerá que se encuentren más a gusto en su espacio personal dentro de casa. Además es muy posible que si la habitación es de su gusto, será más fácil que cuide todo lo que hay en ella y la mantenga limpia y ordenada.
A la hora de decorar un dormitorio infantil es muy importante gestionar el bien el color y la iluminación.
Los colores no dicen y no expresan nuestra forma de ser, pero pueden influir negativa o positivamente en nuestro estado de ánimo, a través de las sensaciones que nos pueden ofrecer. Los colores blanco roto, crudo, beige claro, tonos piedra, lino o perla son los colores que recomienda el Feng-Shui hasta el año 2023. Con la combinación de estos colores en el interior del hogar no nos equivocaremos. Según comentan los gurús del Feng-Shui, evitaremos cruces energéticos y lograremos un equilibrio armónico.
¿Pero por qué no prestarle atención también a las luces que iluminarán todos sus momentos?
No soy nada partidario de los halógenos encastrados, aunque hoy en día los hay regulables y también se encastran bombillas de LEDs en un dormitorio infantil yo prefiero una lámpara tradicional en el techo y algún otro punto de luz indirecta.
Según mi opinión, lo mejor es colocar una lámpara en el techo centrada y se complementará con otras lámparas infantiles auxiliares, una más por lo menos, que nos proporcione luz indirecta, lo ideal será que esa otra lámpara esté en la pared, podemos optar por un modelo de pie mientras el niño es un bebé. Cuando el niño ha comenzado a andar, esa una opción peligrosa. La opción de poner apliques en la pared está bien, ya que no está al alcance del niño pero tiene el gran inconveniente de que no podemos moverlo para dirigir la luz en la dirección que nosotros queramos.
Cuando el niño vaya creciendo pronto podremos incorporar a la habitación cualquier tipo de lámpara, de hecho será muy importante iluminar bien la zona del escritorio cuando empiece a tener que dedicar parte de su tiempo a estudiar en casa. En ese sentido son más cómodas las lámparas de mesa por ejemplo, podemos colocarla sobre una cómoda o mesita mientras el niño es bebé y después aprovecharla en la mesa de estudio.
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