aislamiento de edificios

El aislamiento de edificios para fomentar la eficiencia energética

El aislamiento es imprescindible para poder obtener edificios eficientes. En la actualidad, si bien es cierto que son muchos los edificios, tanto de nueva construcción como viviendas antiguas, que han apostado por mejorar el aislamiento térmico y acústico, aún son muchos los edificios que tienen carencias en este tema. El aislamiento para las fachadas permite, entre otras cosas, impermeabilizar el edificio protegiéndolo de las filtraciones, de los cambios de temperatura, de las fugas de calor y frío y del ruido exterior. Muchas son las empresas actuales que se especializan en este punto, como Ursa; y es que con la agenda de los propios Gobiernos, queda claro que actualmente contar con viviendas eficientes energéticamente es una prioridad.

Casos concretos en cada edificio

Es importante saber que a la hora de apostar por un sistema de aislamiento de fachada, vamos a encontrarnos con diferentes situaciones. Por ejemplo, el estado actual de las fachadas de los edificios más antiguos hará que sea un poco más costoso.

Es importante saber el año de construcción del edificio, así como el lugar en el que está situado; ya que el clima puede afectar a la estructura exterior e interior.

También son importantes datos como el estado de las ventanas, las posibles grietas en la fachada, el estado del tejado, las uniones o cualquier saliente que pueda presentar un mal estado que deberá ser revisado previamente y reconstruido.

Una empresa especializada en aislamiento no sólo se encargará de solventar estos problemas. También de asesorarnos sobre cuál es el aislamiento más adecuado para nuestra fachada.

Ventajas de un sistema de aislamiento en fachadas

En cuanto a las ventajas del aislamiento, lo cierto es que son muchísimas. Un aislamiento térmico y acústico nos permitirá tener un gran ahorro energético. La pérdida de calor durante el invierno podría reducirse hasta en un 70%. Asimismo, en verano contaríamos con viviendas que reducen su calor en un 30%.

Estos datos reflejan el evidente ahorro en calefacción y aire acondicionado. Además, teniendo en cuenta que estos aislamientos no requieren mantenimiento y que su vida útil puede ser la misma que la del edificio, la amortización de la inversión es realmente rápida.

Con un sistema de aislamiento también eliminamos condensación interna, luchamos contra la formación de moho interior. Además, nos aislaremos del ruido externo e interno (vecinos, ascensores, etc..) algo que en grandes ciudades es esencial.

No podemos obviar que las empresas actuales se encargan del aislamiento exterior, pero también buscan una renovación de la estética de las fachadas. Con un buen trabajo de aislamiento, podremos quitarle años al edificio, pudiendo elegir entre un sinfín de acabados y colores.

Materiales y formas de aislamiento en edificios

Como comentábamos, hay muchos datos que hacen a un edificio diferente de otro. Estas diferencias hacen que cada caso requiera un tipo de aislamiento diferente. Hay muchos materiales aislantes diferentes, aunque los mejores para fachada son los porosos o fibrosos.

Entre estos materiales podemos encontrar algunos como la lana mineral (de roca, vidrio…), la espuma de poliuretano, el poliestireno expandido, el poliestireno extruido o el corcho.

Todos estos materiales son una buena opción para realizar el aislamiento de una fachada que, a su vez, puede realizarse con diferentes técnicas.

Podríamos hacerlo mediante el aislamiento con fachada ventilada. Es un sistema que se encarga de fijar sobre la pared una capa de aislamiento con estructura metálica o de madera.

Esta estructura metálica o de madera, de la que hablábamos, se encarga de soportar una hoja de protección que se separa del aislamiento con una cámara en la que circula el aire por convección.

Las ventajas de este sistema de aislamiento son muchas. Para empezar, logramos reducir los puentes térmicos, un problema bastante generalizado en viviendas antiguas. Además, también protegemos la fachada contra el viento, la lluvia, así como la polución. También se eliminan los problemas de humedades y de condensación.

Otra forma de aislar las fachadas de edificios es a través de la inyección en cámara. Este sistema es ideal cuando no se quiere o no se puede rehabilitar por completo la fachada exterior de un edificio. ¿Cómo se consigue? Insuflando un material aislante, generalmente lana mineral, espuma de poliuretano o celulosa a través de la cámara de aire de las paredes.

Las ventajas son muchas, principalmente porque es un sistema mucho más económico. Además, no necesita obras, se tapa las perforaciones y se pinta. Requiere una reparación de paredes una vez se termina el trabajo.


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