La oficina es el lugar donde pasamos más horas al día y, sin duda, todos queremos que sea cómoda e inspiradora. Por eso hoy queremos enseñaros qué no puede faltar en una oficina. Siguiendo estos consejos, vuestro trabajo diario será más llevadero y agradable.
Características de una buena oficina
Una buena oficina se caracteriza, además, por contar con una buena iluminación. Aspecto fundamental para facilitar el trabajo diario. Si, además, la decoración acompaña, será el lugar ideal para estar inspirado y productivo.
Desde luego, y más hoy en día, es impensable una oficina sin un buen material informático. Aunque la calidad de este siempre dependerá del tipo de trabajo que se realice. Pues no es lo mismo una notaría que una oficina de diseño gráfico.
Teléfonos, faxes, impresoras, etc. Todo esto es material de oficina que facilita el trabajo diario y de cuya calidad también depende el resultado y la comodidad del trabajo.
Pero lo más importante, y en lo que debemos pensar sin lugar a dudas, es la comodidad de los trabajadores. De esto sí que depende más que de ningún otro aspecto la productividad y el buen hacer de cada día.
Por ello, no hay que escatimar en mesas espaciosas y sillas donde poder adoptar una buena postura a la hora de trabajar.
Papelería y complementos que no pueden faltar en una oficina
Por otro lado, y aunque pueda parecer un aspecto menor, el material de oficina relacionado con papeles, bolígrafos, lápices, tijeras, etc. no debe ser relegado a un segundo lugar. Pues todo lo que nos haga la vida un poco más fácil y, por qué no, divertida, nos hará ir a trabajar y realizar nuestras tareas con mejor ánimo. Por ello, podemos darle a nuestro material de oficina ciertos toques divertidos como, por ejemplo, con sobres amarillos, libretas personalizadas o listas de chequeo originales.
La clave es estar a gusto
Además de todo lo expuesto anteriormente, la clave de una oficina perfecta es el bienestar de quien en ella trabaja. Por ello, lo más importante es que, si bien no podemos estar en la mente de cada trabajador, si no toca decorar una oficina o plantearnos cómo diseñar la nuestra, pensemos en un ambiente positivo. Así, se podrá instigar ese positivismo en la actitud de los trabajadores. Y es que no hay un trabajo perfecto, pero podemos hacer que los pequeños problemas que se nos puedan presentar en el día a día sean llevados con una actitud constructiva. Todo cuidándonos y cuidando nuestro entorno de trabajo.
Aunque la decoración y material sean importantes, deberemos proponer actividades que mejoren el entorno, permitiendo pausas, etc. Aprender a priorizar para ser organizados y no estresarnos en cuanto tengamos varias cosas que resolver al mismo tiempo. Y, sobre todo, no tomar decisiones importantes cuando uno se siente agobiado o presionado, pues es más fácil fallar.
La actitud personal es la clave, seamos amables y educados con nuestros compañeros, igual que nos gustaría que nos tratasen, tratemos nosotros a los de nuestro alrededor. Y así, entre originalidad, comodidad y educación, construyámonos un entorno laboral en el que trabajar sea algo más que una simple obligación.
Deja una respuesta