Las pérgolas bioclimáticas son estructuras, bien sea de aluminio o madera con lamas orientables que moderan el calor, la luz, la humedad, la lluvia y el movimiento del aire. Estas pérgolas brindan sombra y protección contra los cambios climatológicos del tiempo. Pueden estas abrirse o cerrarse para elegir la cantidad de luz, ventilación o protección que se desea en determinado momento.
Permiten el disfrute de los espacios exteriores, como jardines o terrazas, todos los días del año, sin importar la lluvia o el frío. Además, cuentan con un sistema de evacuación del agua, para evitar que al abrirse, todo caiga sobre la zona cubierta.
¿Cómo funciona una pérgola bioclimática?
Las pérgolas bioclimáticas funcionan hoy en día a través de un mando a distancia, con el que se orientan las lamas en tres posiciones diferentes: abiertas, a 45º, o simplemente cerradas. Cuando están cerradas por completo evitan la entrada del sol y del agua de la lluvia. Además, la lluvia se redirige por unos canales y bajantes a través de la estructura de la misma pérgola, y se filtra por sus pilares laterales.
La instalación de una pérgola bioclimática, bien sea en la terraza o en el jardín, lo más habitual es anclar la estructura al suelo, por lo que es totalmente segura en el caso de que convivas con menores o con mascotas. Y se puede apoyar en cuatro pilares o en dos apoyando la pérgola bioclimática en una pared, aunque también existen pérgolas portátiles, mucho más inestables y de menor calidad, y estás no son recomendadas.
Diferentes modelos de pérgolas bioclimáticas
Pérgolas bioclimáticas de madera
La elegancia de la madera es imbatible. Sobra decir que debe de ser un tipo de madera resistente a los cambios climatológicos. Existen numerosas posibilidades en el mercado. Y además, si se combina la pérgola con un suelo de madera, el resultado es perfecto, cálido y muy estético.
Pérgolas bioclimáticas de aluminio
Este es el material estrella cuando hablamos de las pérgolas bioclimáticas. Sobre todo, por un asunto de resistencia a la lluvia, al sol y también por la variedad de colores tan amplia que tienen las pérgolas de aluminio.
Pérgolas bioclimáticas con sensores de lluvia, de viento y reguladores de temperatura
Actualmente, la mayoría de las pérgolas bioclimáticas incluyen el control de las lamas desde un mando, de forma remota. La gran mayoría de los modelos se pueden programar para que al detectar lluvia o viento se cierre la cubierta. Así se evita que se moje el espacio y el mobiliario en su interior.
Pérgolas bioclimáticas con lamas retráctiles para abrir el techo
Existe también este modelo de pérgolas bioclimáticas que ofrecen la apertura total del techo, y se disfrutan mucho en las noches de verano. Las lamas se recogen automáticamente, desaparecen visualmente, y el techo queda totalmente abierto para disfrutar de las estrellas. Además, se pueden incluir desde luces LED regulables hasta altavoces y sistemas de nebulización de agua para refrescar la estancia.
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