A pesar de haber estudiado decoración de interiores, el dibujo a mano alzada nunca ha sido mi fuerte. Quizás por eso admiro tanto a aquellas personas que demuestran un talento especial en este difícil arte, y si hay alguien que destaca por encima de todos ellos es Robinson, un ilustrador alemán de los años 60 autor de maravillas como París línea a línea (París line by line).
Se trata de un libro sobre la ciudad del amor en cuyo interior encontramos un sinfín de minuciosas y detallistas ilustraciones realizadas con la peculiar técnica autodenominada X-Ray, ya que representa los edificios tanto desde el exterior como desde el interior, mostrando no siempre lo que el ojo ve, sino lo que la mente espera encontrarse.
En sus páginas disfrutamos, por ejemplo, de una vista de la ciudad desde Montmartre donde no sólo avistamos los grandes monumentos, sino también el bullicio de sus calles y la vida que en ellas se desarrolla. También son muy interesantes los alzados de las fachadas que realiza, realmente espectaculares y llenos de detalles.
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