Las escaleras de caracol viven una segunda juventud

En post anteriores hemos hablado de diferentes tipos y estilos de decoración, como estilos de decoración de bares y restaurantes o decoración para el otoño. Pues bien, hoy nos centraremos en las escaleras de caracol, como la que vemos a comienzo de este post, como elemento decorativo.

Este tipo de escalera no es para nada anticuado. Podemos encontrar este tipo de escaleras en cualquier sitio, desde los edificios más modernos, viviendas privadas y locales, dándoles un toque de exclusividad y elegancia, hasta los más antiguos castillos.

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Las escaleras de caracol no solo sirven para pasar de un piso a otro sin sacrificar espacio, sino que también pueden convertirse en un elemento decorativo con mucha fuerza en el diseño interior.

Como curiosidad puedo decir que las escaleras de caracol son elementos pensados para la defensa de un castillo o fortaleza, ya que el objetivo de estas construcciones era proteger a sus habitantes frente a un ataque, ya que habitualmente el que defiende el castillo estará en la parte de arriba y el atacante en la parte de abajo girando hacia la derecha, de esta forma, girando hacia la derecha. El combatiente que sube, salvo que sea zurdo, tiene un espacio reducido para atacar con la espada y hacer sus movimientos con el brazo que empuña el arma. En cambio, el defensor, que luchará de “arriba abajo” en la escalera, tendrá un espacio mucho más amplio para lanzar sus golpes.

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Lejos de ser un elemento trasnochado las escaleras de caracol viven una segunda juventud con incorporación de elementos como el acero y el cristal. Una de las ventajas de esta escalera, además del hecho de ocupar poco espacio es que permite el paso de luz natural a través de ella sin romper visualmente los espacios. Las escaleras de caracol incluso ha sido objeto de estudio la tesis del arquitecto Alberto Sanjurjo.

El profesor y arquitecto Alberto Sanjurjo Álvarez se centra en su estudio en la historia de la construcción, especialmente en la cantería de piedra, durante los siglos XVI y XVIII  de escaleras tan peculiares como las de caracol.


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