Iluminación LED, la triunfadora en el hogar

La tecnología LED nos rodea, está presente en nuestra televisión, en nuestros smartphones, en cada pequeño aplique de luz de casa, en tiendas, en juguetes… Estos últimos años, la tecnología LED ha conquistado hasta el último rincón donde se requiere un punto de luz.

La tecnología LED no es tan reciente como parece: fue inventado en 1962 por el ingeniero americano Nick Holonyak. Aunque su invento se vio relegado a ser el indicador de encendido/apagado para todo tipo de aparatos eléctricos. El LED blanco se inventó en el 1993, y desde entonces empezó a conquistar el hogar  ya que casi todo lo relacionado con la tecnología Light Emitting Diode son auténticas ventajas.

Es más segura que la luz tradicional, es menos contaminante ya que no tiene mercurio ni tungsteno.

Dura mucho más, unas 45.000 horas de uso (más de 15 años, si la encendemos unas 8 horas al día).

No genera calor y consumen hasta un 85% menos que las bombillas tradicionales.

Resiste temperaturas más extremas y resiste mejor en ambientes húmedos.

Decorativamente hablando podemos encontrar fácilmente ideas para decorar con bombillas led creando diseños increíbles.

Su encendido es instantáneo y resiste un enorme número de ciclos de encendido y apagado.

Normalmente, para sustituir una bombilla por una de LED solo hace falta comprobar el voltaje y tipo de anclaje, seleccionando en la tienda las mismas características.

Como por ejemplo de bombilla de LED que dan un paso mas allá podemos encontrar estas bombilla led globo filamento. Están muy de moda. Son una novedad en la iluminación ya que no requieren de un regulador de luz y sólo con el interruptor puedes regular la intensidad de luz. Estas bombillas en concreto ofrecen 3 intensidades distintas, 100%, 50% y 25% y no requieren instalaciones ni de reguladores de luz.

Las luces LED de hoy en día para iluminar nuestra casa pueden ser de blanco cálido, blanco frío y blanco puro. Esto nos vendrá determinado por los grados Kelvin de nuestra bombilla LED. Cada uno tiene una aplicación práctica: el blanco frío (5800K), para sitios que requieran luz potente, como trasteros, garajes, almacenes…; el blanco cálido (3.000K) ofrece un ambiente agradable en habitaciones, salones y lugares que requieran luz ambiental. El blanco puro (4.500K), ideal para baños, cocinas y sitios de trabajo.