Dormir bien es una de las necesidades vitales más importantes que tiene el ser humano. Un descanso insuficiente, especialmente si es sostenido durante largas temporadas, puede deteriorar seriamente nuestra calidad de vida. Esta deficiencia de sueño no solo disminuye algunas de nuestras capacidades durante el día, sino que también provoca otros problemas a largo plazo, como envejecimiento prematuro, tanto físico como psicológico.
Conseguir un buen descanso depende de muchos factores, pero uno especialmente importante tiene que ver con la calidad del colchón donde dormimos.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de escoger colchón?
Lo primero que hay que recordar es que lo más recomendable es cambiar nuestro colchón antes de que este cumpla 10 años.
Al ser un artículo del que haremos uso diariamente durante tanto tiempo, es importante que nuestra decisión de compra esté basada en información de calidad y actualizada. Los colchones de espuma viscoelástica, por ejemplo, han mejorado mucho en las últimas décadas. Gracias a la evolución del memory foam, hoy en día disponemos de una generación de colchones viscoelásticos más frescos y confortables.
Sin embargo, siempre hay una serie de consejos a tener en cuenta a la hora de comprar un colchón. Conocerlos no solo evitará una mala compra, también ahorrará dinero y tiempo a la hora de tomar la decisión.
1. Piensa bien cuál es el grado de firmeza que más te conviene.
Elegir la firmeza del colchón no solo es una cuestión de gusto personal, sino también de salud. Según un estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet, a diferencia de lo que se pensaba hasta hace muy poco, un colchón de firmeza intermedia es la mejor opción para personas con dolencias lumbares. También son la mejor opción cuando el colchón se comparte con otra persona, especialmente cuando existe una discrepancia de preferencias. De esta forma será mucho más sencillo la adaptación.
La corpulencia también es un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de escoger la firmeza del colchón. En general, cuanto más peso más firmeza nos conviene.
2. Los colchones viscoelásticos y los de látex son las mejores opciones.
Pese a que los colchones de muelles tienen algunas ventajas, como su precio y el hecho de que favorecen una buena ventilación de los materiales, los expertos aconsejan decantarse por los colchones viscoelásticos o de látex, especialmente si se sufren dolores lumbares.
Los colchones viscoelásticos se amoldan al cuerpo y distribuyen el peso corporal de forma óptima. Son muy interesantes para aquellas personas que pasan largos periodos en cama.
Los colchones de látex ofrecen firmeza y flexibilidad. Además, son la mejor opción para parejas, especialmente cuando una de las dos personas se mueve en exceso mientras duerme. También están indicados para quienes tengan problemas de asma o alergia a los ácaros. No obstante, es importante recordar que no son aptos para aquellas personas con alergia al látex.
3. No escatimar en tamaño.
Es recomendable que el tamaño del colchón sea lo bastante grande. Tener espacio es indispensable para dormir cómodamente, principalmente en los meses de verano, donde tendemos a querer dormir más alejados de otros y a movernos más. Cuanto mayor sea el colchón, mejor se disipará el calor.
En cuanto a confort, la mayoría de las veces la diferencia de precio vale la pena con creces.
4. Mirar bien la garantía y el periodo de prueba.
Actualmente la mayoría de tiendas ofrecen un periodo de prueba; esto es un número determinado de noches en las que se podrá probar el colchón. Siempre y cuando no exista un deterioro o marcas de uso indebido, el colchón se podrá devolver si no está a la altura de las expectativas del cliente.
En cuanto a la garantía, aunque la ley exige un periodo mínimo de 2 años, generalmente se ofrecen entre 5 y 10 años, durante los cuales se cubren los desperfectos derivados de errores de fabricación. Aún así es importante comprobar qué es lo que cubre exactamente esta antes de adquirir el producto.
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