Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, la alternativa de adquirir una casa o piso a través de una cooperativa de viviendas empezó a resonar sobre el resto de opciones. En la actualidad, la pandemia no solo ha traído el coronavirus, también ha causado una nueva crisis económica que ha hecho resurgir las cooperativas como una opción interesante.
Empecemos viendo en qué consiste una cooperativa, y cuáles son sus ventajas y riesgos.
¿Qué es una cooperativa de viviendas?
Una cooperativa de viviendas es una asociación de personas, cuyo objetivo es adquirir un domicilio a un coste por debajo del precio de mercado. Por lo tanto, se trata de una alternativa a la compra directa vía promotor.
Para ello, se adquiere, parcela y urbaniza un terreno sobre plano; y se realizan aquellas obras, trabajos y servicios que sean necesarios. Los socios pueden aportar directa y personalmente el trabajo, o dejar las obras de construcción a la empresa constructora que lleve la cooperativa.
Las cooperativas también pueden incluir la conservación, reforma y administración de elementos, viviendas y zonas comunes. Así como la creación y suministros de servicios complementarios. Para el cumplimiento de estos fines, es frecuente que se designe una entidad gestora que esté a cargo de la cooperativa ante cualquier perjuicio.
¿Merece la pena una cooperativa de viviendas?: ventajas y riesgos
Ventajas de una cooperativa
- Ahorro frente a la compra de otra vivienda (entre el 15 y el 20%), pues se elimina la figura y el margen del promotor.
- Poder de decisión en el momento de personalizar y adaptar la vivienda.
- Beneficios fiscales. A día de hoy, están exentas del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) las cooperativas de viviendas de Protección Oficial. Esto supone un ahorro en los costes bastante considerable.
- Por otro lado, en algunos municipios las cooperativas tienen reducida la cuota del Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
- Y ya como última garantía, la Ley Estatal de Cooperativas 27/1999 de 16 de julio respalda estos proyectos.
Riesgos de una cooperativa
- Anticipo de la cuantía. Los socios de la cooperativa deben abonar el pago de forma anticipada para la construcción de las viviendas.
- La entidad gestora contratada por los socios cooperativistas, o las juntas rectoras de las cooperativas, son las responsables del presupuesto adelantado por los consumidores para la compra de viviendas. Y aunque los consumidores tienen derecho a reclamar si la cooperativa no cumple con su obligación, este proceso se vuelve largo y tedioso.
- Plazos alargados en el tiempo. La constructora pacta con la cooperativa los plazos de entrega de llaves; pero este se puede retrasar por diferentes motivos.
- Escasez de fondos, ya sea por gastos improvistos o por un error de cálculo en el proyecto inicial. Es posible que la cooperativa se quede corta de fondos y haya que aportar más dinero del previsto.
- Quiebra de la cooperativa, por mala gestión, o por contratos defectuosos con aseguradoras. En este caso, las cooperativas se declaran insolventes y entran en concursos de acreedores.
Ya hemos analizado todas las ventajas y riesgos. Lo importante es ponerse en manos expertas que sepan gestionarlo todo. Si es así, no deberían surgir problemas mayores.
Deja una respuesta