La rehabilitación de fachadas de edificios es una tarea complicada y decididamente que tiene que llevarse a cabo únicamente por profesionales del sector. Y es que, más allá de la estética, rehabilitar una fachada es también una tarea para mejorar la seguridad del edificio. Hoy, desde Decoracción, en colaboración con Grupo Asisde os acercamos algunas de las claves para la rehabilitación de fachadas.
Formas de rehabilitación de fachadas
Puede aislarse la fachada con lana mineral por el exterior o utilizar un sistema de aislamiento térmico. La lana mineral también puede colocarse en el interior sobre los perfiles metálicos. Por último, una buena opción es rellenar la cámara con lana mineral mediante insuflado.
Como decimos, este tipo de obras son complejas porque la estructura del edificio se pone en juego. La experiencia demostrable de la empresa que contratemos será fundamental.
Proteger de agentes externos y preservar la temperatura
Una buena rehabilitación de fachadas debe suponer un aislamiento térmico, acústico, ignífugo e impermeable. Ya que si cualquiera de estos elementos falla, la calidad de vida del interior de la vivienda se vería seriamente disminuida.
No solo de seguridad se trata con esta serie de protecciones. También de ahorro. Solo el hecho de tener un buen aislamiento térmico se ahorra en gasto de calefacción y se cuida el medioambiente reduciendo las emisiones de CO2. No hay que olvidar que el aislamiento térmico también puede colocarse por la cara interior del edificio. Ayudará a aislar las temperaturas y los ruidos de cada vivienda por separado. La pega: seguramente, perdamos superficie útil de la vivienda.
El único punto negativo, por llamarlo así, es que estas reformas requieren la absoluta aprobación de la comunidad de vecinos. Pero sin duda, podemos afirmar que son inversiones, que aunque puedan resultar altas, se amortizan e, incluso, acaban suponiendo un ahorro muy considerable.
Vida útil del edificio
Y todo esto supone como gran ventaja que el edificio cuya fachada rehabilitemos ganará en valoración económica y en vida útil. Por una parte, los sistemas de pintura sobre enfoscado tienen una vida útil de entre ocho y diez años. Mientras que las fachadas ventiladas o con sistema sate pueden llegar a aumentar su vida útil nada más y nada menos que cincuenta años. Y todo ello sin mantenimiento.
La historia reclama la rehabilitación de fachadas
Casi el 60 % de las viviendas españolas llevan en pie desde antes de la década de los ochenta. Lo que nos lleva a pensar que es evidente que sus aislamientos son deficientes y el ahorro energético era algo en lo que en esos años no se pensaba demasiado.
Sin embargo, ahora podemos pensar que este sector supone el 24 % del consumo de energía de todo el país. Así que rehabilitar los edificios para conseguir un importante ahorro en dinero y energía es fundamental para avanzar correctamente. La idea de toda Europa es reducir las emisiones de CO2 en un 20 % para 2020.
Además, pensando en el ahorro de cada vivienda en particular, únicamente los sistemas de climatización consumen en una vivienda normal la mitad de toda la energía que consumen. Pensemos pues, en que una buena rehabilitación de la fachada de nuestro edificio será una buena idea tanto a nivel individual como comunitario.
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