Cuando pensamos en iluminar nuestra casa, oficina o negocio dentro de las posibilidades que ofrece el mercado en cuanto a lámparas, destacan los focos empotrables.
Los focos empotrables son pequeños y discretos y encajan en cualquier tipo de decoración.
Según nos comentan desde lamparayluz.es son ideales para habitaciones con los techos bajos. Y como no ocupan espacio se pueden diseminar a lo largo del techo de la habitación que queremos iluminar, de este modo no es necesario recurrir a lámparas auxiliares.
Existen modelos orientables, con el fin de incidir con la iluminación más en unas zonas que en otras.
Tanto si solo colocamos un foco o varios, los focos empotrables se adaptan a cualquier lugar de la casa. Destacan por su sencillez y sobriedad ya que buscan lo contrario que las lámparas suspendidas, su finalidad es la iluminación y una decoración muy sutil y elegante.
Si estamos pensando instalar un foco en una zona húmeda, como pueda ser la cocina o un baño, tenemos diferentes necesidades de resistencia respecto a la humedad, que si lo instalamos en un salón. Para elegir correctamente un foco debemos fijarnos en su IP.
Muchos os preguntareis ¿Qué es el IP? Pues bien, el IP es el índice de protección que tiene un mecanismo eléctrico frente a factores externos.
La resistencia se indica con un número de dos cifras. El primer dígito se refiere a la protección frente a sólidos (polvo) y el segundo, frente a líquidos (agua). A mayor valor, mayor protección.
En cocinas y cuartos de baño amplios, con ventilación, la protección debería estar por encima de 23.
En cuartos de baño pequeños y con escasa ventilación, se recomienda un IP 65.
Para la mayoría de las habitaciones se usan los que ofrecen un IP 20.
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